Arrivederci
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El motivo verdadero del viaje a Hong Kong era trabajo, por lo que nos tocó ir a Guangzhou. Cantón (nombre en español) se encuentra situada sobre el río de las Perlas, y es la ciudad más importante del sur de China. Su posición estratégica, muy cerca de Hong Kong, ha permitido que la ciudad se desarrolle con rapidez. Fue el principal punto de salida de los emigrantes chinos durante los siglos XIX y principios del XX.
Para ir de una ciudad a la otra puedes hacerlo por tren, autopista o ferry…
La primera vez que fuimos años atrás decidimos ir en carro, con un chofer privado que nos llevaría de Hong Kong a Cantón, en aquella oportunidad éramos 4, más nuestro acompañante y el chofer por supuesto, cuando llegamos al puesto fronterizo, un oficial nos pide los pasaportes, se los lleva y al rato aparece y le dice a nuestro acompañante traductor que YO debo acompañarlo, ni tiempo me dió de pensarlo, me bajé del carro siguiendo al oficial que mediante señas me indicó que me sentara junto a otras personas, nadie se dirigió a mi por los siguientes 45 minutos, y mi cabeza me estaba haciendo pasar malos ratos imaginándome toda clase de escenarios, que me llevaban presa sin derechos alguno, que me iban a hacer desaparecer y nadie me encontraría, ese día descubrí que la imaginación puede volar muy lejos en los momentos en los que mas cordura necesitamos. Finalmente el mismo oficial apareció y en perfecto inglés me dijo que me acompañaría de regreso al carro, me devolvió mi pasaporte como si nada y me dejó con taquicardia por el resto de nuestra travesía.
La segunda vez nos decidimos por el tren, en el viaje de ida todo fue muy bien, bajo control. Pero cuando regresábamos, en la estación del tren el oficial de migración toma mi pasaporte y me mira, luego mira el pasaporte, repite la acción una y otra vez, yo ya empiezo a ponerme nerviosa porque no me dice nada, solo mira y compara, se levanta y llama al que asumo es su supervisor, ahora los dos miran y comparan, no dicen nada, finalmente me entrega el pasaporte y nos sentamos a esperar el tren. Hubby se levanta para ir al baño y buscar algo de tomar, y yo me quedo leyendo, cuando se acerca otra vez el oficial y me dice passport please, en ese instante mis piernas parecían hechas de gelatina, mi imaginación decide jugar conmigo otra vez, mientras el oficial me mira y compara mi foto por enésima vez, luego de lo que pareció una eternidad me devuelve el pasaporte, regresa hubby y nos montamos al tren, yo no estuve tranquila hasta que el tren no arrancó y me ví fuera de Cantón, porque entre que no te dicen nada, que hay una barrera de lenguaje y que mi imaginación se puso cómica (ya que ciertamente en un país comunista te sientes un poco en tierra de nadie), el viaje de regreso no fue para nada placentero.
Así es que esta vez, habiendo tenido ya experiencias previas y memorables yendo y viniendo de Cantón decidimos ir en un taxi de Hong Kong a la frontera (media hora), donde te bajas y cruzas a pié la aduana, y allí nos esperaba un chofer precontratado para llevarnos a Cantón (2 horas más). Gracias a Dios ésta vez todo fue como tenía que ser, hicimos fila junto a cientos de personas que cruzan entre una ciudad y la otra la frontera cada día para hacer compras, hubby y yo estábamos juntos todo el tiempo y con la seguridad de saber que nuestro acompañante traductor estaba a pocos metros de nosotros, nadie quizo darle una mirada de más a mi pasaporte, el chofer nos esperaba del otro lado muy juicioso y nos llevo a nuestro destino sin contratiempos.
Ciertamente la he pasado muy bién en mis viajes al lejano oriente, he tenido algunas experiencias extraordinarias, otras no tanto, de todas he sacado una enseñanza, me he enriquecido y no cambiaría nada de lo vivido por allá…pero como toda historia, cuento o aventura tiene un principio y un final, con esta última entrega le digo arriverdeci al Lejano Oriente.
Hasta la próxima…
“When you travel, remember that a foreign country is not designed to make you comfortable. It is designed to make its own people comfortable”.
2 Responses
Genial!
Me encantaría ir al Medio Oriente! He leído algunas novelas históricas y me fascina la cultura con todas sus tradiciones. Recuerdo como a las mujeres le vendaban los pies, bien apretaditos!!!!! No me imagino aguantar eso con zancos de madera!
Me alegro que hayas podido regresar y sumar una experiencia más a tu bitácora viajera.